Ahora que puedes,dile al amor que no me cierre la puerta
tú que conoces de noches de pesadillas;
tú que al amor le diste un abrazo eterno,
volcando en Matilde tu mirada
hacia las estrellas.
Algunos aún hoy en tu sueño profundo
no podrán y no querrán entenderte
tu visón humana me encontró
una mañana absorbiendo tu pensamiento
como una sabia que alumbra
desde el interior de la madre natura
Amaneció paradójicamente entonces
tus oscuras lecciones de pesadumbre
siempre supe que entre más pesimista,
más luz le pedías a esta Nación;
nuestra Patria con mayúsculas
Te fuiste despacio, ansié conocerte;
dejaste tu influencia
por los pasillos de mi mente;
las letras están melancólicas (como siempre)
pero tu sacrificada vida llena de ideales
descansa en paz
La utopía que abrazaste
nos la ofreciste, y así nos llega
una antorcha que ilumina; un dulce discreto,
una retorcida idea que nos conmueve,
y por la que vale la pena morir
Ahora que puedes, dile al amor
que la puerta no me cierre;
despide los cuadros de tu angustia,
visítanos cuando nos hémos ausentes,
y vuelve a entregarnos tu antorcha
ardiente de ideales, y de humilde referente.
tú que conoces de noches de pesadillas;
tú que al amor le diste un abrazo eterno,
volcando en Matilde tu mirada
hacia las estrellas.
Algunos aún hoy en tu sueño profundo
no podrán y no querrán entenderte
tu visón humana me encontró
una mañana absorbiendo tu pensamiento
como una sabia que alumbra
desde el interior de la madre natura
Amaneció paradójicamente entonces
tus oscuras lecciones de pesadumbre
siempre supe que entre más pesimista,
más luz le pedías a esta Nación;
nuestra Patria con mayúsculas
Te fuiste despacio, ansié conocerte;
dejaste tu influencia
por los pasillos de mi mente;
las letras están melancólicas (como siempre)
pero tu sacrificada vida llena de ideales
descansa en paz
La utopía que abrazaste
nos la ofreciste, y así nos llega
una antorcha que ilumina; un dulce discreto,
una retorcida idea que nos conmueve,
y por la que vale la pena morir
Ahora que puedes, dile al amor
que la puerta no me cierre;
despide los cuadros de tu angustia,
visítanos cuando nos hémos ausentes,
y vuelve a entregarnos tu antorcha
ardiente de ideales, y de humilde referente.
Luis Alberto Martínez.-
¡Gracias Maestro!